Lo podéis ver de aquí para allá, dando la bienvenida a los que entráis al interior del restaurante, comentando las singularidades del menú a distintas mesas, o cuidando de esos detalles que hacen que tengáis toda una experiencia cada vez que venís.
Y es que Germán además de ocuparse de coger comandas y servir los platos de la carta, también crea un ambiente muy acogedor en Villa Indiano, pone alma en lo que hace y os hace sentir como en casa.
Llegó a la villa hace unos meses, que han pasado muy rápido. Desde el primer momento se nota su buena energía. Tiene una sonrisa que hace sentir cómodo al instante y contagia buen rollo. Él mismo se define como una persona sociable, creativa, a la que le gusta la gente y disfrutar del momento, tal vez por eso, y tal y como nos cuenta, de lo que más disfruta en Villa Indiano es del trato con el cliente y de poder hacer que viváis al máximo la experiencia de encontraros en un lugar tan particular como nuestra villa.
El dinamismo es un aspecto de la hostelería que le atrae. El sector le resulta interesante, así que le gustaría seguir desenvolviéndose en él, aprendiendo y creciendo de distintas maneras. Aunque ahora en Villa Indiano está trabajando como camarero de sala, le gusta fijarse en todos los detalles que componen la experiencia de la villa.
Tal y como nos él mismo nos dice venir a Villa Indiano es «una experiencia muy de la Terreta que no hay que perderse».
Cuando le preguntamos cómo vive su tiempo libre cuando no está en la villa, nos cuenta que hay una parte de él muy creativa. Tiene mano para el dibujo y también le gusta la fotografía. Tal vez esta creatividad y versatilidad tengan un punto de encuentro con el carácter propio de Villa Indiano, del que Germán destaca precisamente eso, todas las cosas diferentes que puede ofrecer: desde los eventos, hasta la experiencia gastronómica, pasando por lo especial que es estar rodeado de la huerta.