El jardín de Villa Indiano esconde más valor de lo que podría parecer a simple vista: en el suelo, en la valla perimetral, en los juegos infantiles, en las sillas, en los árboles, incluso en la oferta gastronómica
Ahora que el jardín de Villa Indiano vuelve a abrir sus puertas, queremos observar más de cerca algunos detalles de todo aquello que encontramos en él, porque esconden más valor de lo que a simple vista pudiera parecer, y es que, en este proyecto, hemos puesto el máximo cuidado.
El suelo del jardín
Empecemos por el suelo. La ley de la huerta obliga a respetar los suelos originales de huerta. Esta temporada los hemos mejorado añadiendo una capa de material vegetal para evitar los desniveles y que el mobiliario se asiente mejor.
SUELO VEGETAL
EN VILLA INDIANO
El mobiliario
Y hablando del mobiliario, las sillas y las mesas blancas del jardín tampoco están elegidas al azar. Detrás de las mesas y los bancos que conformaban el graderío frente al escenario está el estudio de diseño Clap y la empresa valenciana, Ilot Interiors, taller de ebanistería encargado también de crear las pasarelas desmontables de madera que recorren el jardín. Las sillas son un diseño de Yonoh Studio, estudio creativo también valenciano y ganador de algunos de los premios más prestigiosos de su sector.
Los juegos infantiles
Detrás de los juegos infantiles del jardín está la idea del joven estudio de diseño valenciano Clap y el buen hacer de los fabricantes, también de Valencia, Lebrel. Son juegos para los que se han empleado materiales sostenibles y tras la idea de Clap, el hecho de que los más pequeños puedan explorar, inventar y descubrir sin reglas.
La valla perimetral
Clap Studio también ha diseñado la valla perimetral que rodea el jardín de Villa Indiano. Una valla que hace de separación con la huerta pero sin limitar la visión del paisaje que nos rodea. Así, desde el jardín llegamos a divisar las montañas de la Sierra Calderona, los pueblos de alrededor y los campos cercanos. Esa valla se replica en la barra de bebidas, y allí permite a las parras y otras plantas trepadoras, enredarse y crecer a su alrededor. Para montar la valla, cada hierro ha debido cortarse a la medida y soldarse en un trabajo artesanal que puede pasar desapercibido pero que es lo que da armonía a todo el conjunto.
Los árboles
El arbolado del jardín de Villa Indiano es una réplica fiel de las especies que poblaban el jardín de la villa en los años 40, sacadas de unas antiguas fotos aéreas. Se ha respetado la disposición arbórea original y los tipos de árboles: naranjos, cítricos, olivos y algarrobos.
Los algarrobos situados en las pérgolas del jardín se han recuperado de una desaparición segura gracias a la sensibilidad de la familia Burdeos Andreu. Tienen casi 200 años y fueron testigos de la batalla de Cheste (1837) durante la Primera Guerra Carlista.
La gastronomía
Por último, ponemos el foco en la carta del jardín que ofrece una gastronomía desenfadada a base de tapas y picoteo pero en la que todo está hecho de forma casera en la cocina de Villa Indiano. Las bravas no son congeladas, las patatas se cortan a mano y se fríen al momento y la salsa de tomate que las acompaña también es casera y elaborada a fuego lento. Las croquetas, la ensaladilla rusa, el hummus, el guacamole y las salsas de los nachos… todo está hecho en casa y con productos de la mejor calidad.
En unos días, volveremos a abrir las puertas del jardín y podréis apreciar todos estos detalles in situ.