Una de las ocho acequias de la Vega de Valencia, la acequia de Tormos ha llegado hasta nuestros días como herencia de la cultura árabe en Valencia.
Si entráis en Villa Indiano, al cruzar la puerta pasaréis por encima de una de las ocho acequias de la Vega de Valencia, la acequia de Tormos.
Las acequias son una herencia de la cultura árabe en Valencia, uno de los pocos vestigios que han llegado hasta hoy, por eso observarlas es trasladarse al pasado. A esa Valencia de huertas exuberantes gracias al agua del Turia, el río que tenía por costumbre desbordarse cada cierto tiempo. La Valencia de los naranjos y las barracas, de carros y “espardenyes”. Esa que no queremos que desaparezca del todo porque sabemos de su riqueza y de su valor.
Su recorrido
La acequia de Tormos sigue regando, como lo ha hecho durante siglos, las pocas huertas y campos que todavía quedan al oeste y noroeste de la ciudad de Valencia. Si siguiéramos su recorrido, nos llevaría desde su nacimiento, en el azud ubicado en el cauce del río Turia, entre Manises y Paterna, hasta Quart de Poblet, Campanar, Benimàmet, Burjassot, Poble Nou, Borbotó, Benifaraig, Carpesa, Bonrepòs i Mirambell… Hasta terminar uniendo sus aguas con la acequia de Rascaña en el límite con Tavernes Blanques.
De los pocos molinos que hubo instalados en la acequia, dada su lejanía de la ciudad, aún quedan algunos en pie, como el de Llobera, el de Colau y el del Salt (o de La Sal), que también se encuentra en Burjassot.
El Tribunal de las Aguas
Los regantes de la acequia de Tormos están bajo la jurisdicción del Tribunal de las Aguas de Valencia, el organismo de justicia más antiguo de Europa, que sigue su trabajo cotidiano dirimiendo conflictos por el reparto del agua, los turnos de riego y otros problemas derivados del estado y uso de las acequias. Como ha hecho desde hace más de mil años.
Si queréis verlo en acción, cada jueves a las 12h se reúne en la Puerta de los Apóstoles de la Catedral de Valencia. No es una atracción turística aunque nos lo pueda parecer. Es un tribunal dictando sentencia. Oral, inmediata e inapelable. Aunque cada vez hay menos sentencias, no porque disminuyan los conflictos sino porque disminuye, inexorablemente, la huerta, engullida por la ciudad.
TRIBUNAL DE LAS AGUAS
En Villa Indiano cuidamos este trocito de nuestro patrimonio que tenemos la suerte de tener dentro de casa y ponemos en valor, cada día, la riqueza de nuestra huerta seleccionando y mimando los productos de la carta de nuestro restaurante. Productos de temporada y de proximidad.
Cuando, con el buen tiempo, vengáis a comer a la terraza de Villa Indiano, podréis saborear una buena paella escuchando el rumor del agua correr tras las adelfas. Es la música de la acequia de Tormos, la misma que se ha escuchado durante siglos en el corazón de la huerta de Valencia.